MARTIRES DE DAIMIEL (23 de julio)
Los Beatos Nicéforo de Jesús y María, y 23 compañeros mártires de Daimiel, sellaron heroicamente con el sacrificio de sus vidas su consagración a Dios en la Congregación Pasionista. Arrojados con violencia del retiro de Daimiel la noche del 21 al 22 de julio de 1936, murieron en cinco grupos y en fechas y lugares diferentes. Para la conmemoración litúrgica de su fiesta se ha escogido el 23 de julio, que es la fecha en que fue martirizado el primer grupo de seis religiosos, encabezados por el superior provincial, Beato Nicéforo de Jesús y María (Díez Tejerina). Ninguno era de la región manchega. Procedían de Palencia, Navarra, Zaragoza, La Rioja, Burgos y Guipúzcoa. Muchos de ellos eran bien jóvenes, pues no contaban más de 18, 20, 21 ó 30 años.
El mismo superior de la Casa contaba sólo con 38. Se preparaban para ejercer el apostolado en Méjico, Cuba o Venezuela. Seis de ellos eran sacerdotes, quince estudiaban filosofía, y cuatro eran hermanos coadjutores que colaboraban en las necesidades comunitarias. La noche en que fueron expulsados del convento, el P. Provincial les impartió la absolución y les distribuyó la Comunión, y les alentó a la fidelidad: "Hermanos míos, esta es la hora de nuestro Getsemaní. La naturaleza débil desfallece y se acobarda. Pero Jesucristo está con nosotros. Voy a daros al que es la fortaleza de los débiles. Si a Jesús le confortó un ángel, a nosotros nos conforta y nos sostiene Él mismo. Dentro de poco, estaremos con Él. ¡Ciudadanos del Calvario, ánimo y a morir por Cristo! A mí me toca animaros, y vosotros me estimuláis con vuestro ejemplo". Fueron beatificados por el papa Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1989. Este, dijo entonces: "La mayoría, jóvenes de 18 a 21 años, soñaba con el sacerdocio; pero el Señor dispuso que su primera misa fuera su propio holocausto. Ahora, nosotros los exaltamos y damos gloria a Cristo que los asoció a su Cruz".